Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana
Aparentemente, resulta muy fácil contestar a esta pregunta, sobre todo porque los mexicanos somos muy dados a poner un sin fin de pretextos para explicar nuestros “fracasos”. Es más sencillo decir por qué nos va mal, que qué hacer para que nos vaya bien con certeza. La principal razón por la que a un empresario no le va a bien es porque no es empresario, quizá no tenga la idea de lo que es serlo. Tener una empresa no es tarea fácil. No se puede jugar a la empresa como ese juego de mesa llamado “Turista”, donde los billetes son de papel y las propiedades que se compran o se pierden son de juguete. No, la empresa no es un juguete, ni un juego. La empresa es la entidad más importante en nuestros tiempos, ya que de ella comen todos, dueños y trabajadores, satisfacen sus necesidades los clientes, y se favorece a toda la sociedad, y a toda una nación. Ser empresario implica mucha seriedad y formalidad. La segunda razón por la que un empresario no progresa es porque no se toma en serio su trabajo. Impera la informalidad en todo. Un empresario poco serio e informal no puede exigir seriedad y formalidad a sus trabajadores, es más, ni se los pide porque no sabe cómo y porque ya se acostumbró a vivir así, en la inconstancia, descuido, incumplimiento, volubilidad, olvido, negligencia, inconsciencia, irresponsabilidad, insensatez, y deslealtad, y sin planear ni organizar. Éstas dos, son la tercera razón por la que el progreso nunca llega. Planear y organizar son dos principios fundamentales y vitales. No podemos trabajar sin haber trazado un plan de acción previamente, y menos ahora que la competencia abunda y se presenta por todos lados, ya que la Internet permite vender a distancia sin la necesidad de tener puntos de venta físicos ni siquiera en la misma ciudad. Ser poco serios, informales, y desorganizados nos coloca en un plano de zozobra e inestabilidad cuando nos afecta una mala economía nacional, que sería la cuarta razón por las que no se puede progresar. Tener gobiernos parciales, corruptos, e incapaces de solucionar los problemas más sensibles de la población, como el desempleo, inseguridad, impunidad, pobreza, deserción escolar, ciudades mal urbanizadas, desigualdad social, y un sin fin de cosas, que tienen detenido al País e inmerso en una lamentable incertidumbre. Es una pena que teniendo tantos avances científicos, académicos, administrativos y tecnológicos, nos encontremos en condiciones de lástima, acosados por el miedo y la desconfianza a todo. Pero, aún así, es posible salir adelante. Como empresarios debemos disciplinarnos y tomar nuestros negocios con la mayor de las seriedades. Hagamos todo basado en planes y programas de acción, respetando siempre normas y procedimientos al pie de la letra, siendo honestos, honrados, formales, amables, amigables, humildes, deseando el bien a todos, ofreciendo productos y servicios de máxima calidad para la satisfacción total de nuestros clientes.