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Quien no esta preparado hoy
lo estará menos mañana

REFLEXIONES EJECUTIVAS

25 AÑOS DE TRABAJO ES UNA GRAN BENDICIÓN

Este 12 de octubre estoy cumpliendo 25 años como capacitador y consultor empresarial, labor que me ha dado un sinfín de satisfacciones, por lo que hoy agradezco infinitamente a todas las empresas y a todas las personas que han asistido a mis cursos, talleres, seminarios, conferencias y asesorías, a lo largo de un cuarto de siglo. Voltear y ver lo que cada uno de esos años representa y significa resulta emocionante y conmovedor, ya que trabajar para las empresas, instituciones gubernamentales y organismos empresariales, universidades, y escuelas, me ha permitido cooperar y ayudar con mis enseñanzas y consejos a superar problemas y desarrollar programas organizacionales, mejorar servicios y procesos, en pocas palabras, colaborar profesionalmente en el progreso individual de los trabajadores y en el general de las empresas. Veinticinco años acumulando vivencias de todo tipo, acudiendo a impartir capacitación a los lugares más recónditos de una sierra como Cosalá o El Batel, ciudades lejanas y místicas como Palenque; o Matamoros, que es la otra punta del corredor carretero comercial Pacífico – Golfo de México; o la excepcionalmente caliente Mexicali con su impresionante Rumorosa. Capitales importantes como el D.F., Guadalajara y Monterrey, y en sí muchas ciudades y pueblos de todos tamaños, pero principalmente en Sinaloa y en este bello puerto de Mazatlán al que tanto amo y agradezco las bondades y todo lo que me regala todos los días cuando estoy haciendo mis labores en las distintas empresas del puerto. He tenido la fortuna de estar en distintos lugares donde he aprendido muchísimo, tanto de su historia como del desarrollo de su gente y sus empresas. Ser capacitador es un privilegio por la cantidad de personas que uno conoce y de las que uno aprende también. Veinticinco años después, voltear y ver con detenimiento cada uno de uno de esos años, resulta halagador. Lo primero en lo que pienso es en agradecer a mí mismo el haberme dado la oportunidad de mantener una actividad profesional constante, que me ha permitido un modus vivendi, pero más que eso, el privilegio de formar, ayudar y orientar a los trabajadores de todos los niveles, y a los directivos y propietarios de cientos de empresas que en su momento necesitaron de mis cursos. Haberles servido para mí ha sido un honor y una bendición. Agradezco a Dios que me haya dado el talento y la habilidad para realizar con profesionalismo mi trabajo, a mis padres que siempre me han apoyado incondicionalmente y que han sido el ejemplo a seguir, a mis hermanos, y a tantos amigos que reconocen mi labor. Vaya un agradecimiento muy especial para el Lic. Jorge García Murillo, Director del Departamento de Comunicación, quien cuando estaba por graduarme de la carrera de licenciados en Ciencias de la Comunicación en el Tec de Monterrey, en 1981, me mandó llamar a su oficina para ofrecerme el puesto de profesor, el cual rechacé por temor y por una reacción inmediata de inmadurez profesional, natural por mi inexperiencia en los negocios. Días después me arrepentí y volví a su oficina para decirle que aceptaba, con gusto me dijo que sí, sólo que ya no sería como maestro de planta sino como auxiliar, pero que me darían tratamiento como si fuera de planta, a lo cual yo accedí. Sabía que había aceptado porque no tenía empleo. Mis primeros días como maestro fueron terribles, porque yo jamás había pensado dar clases. Los nervios me consumían ya que no es nada fácil mantener la atención de un grupo de estudiantes, hacerlos entrar en orden y llevar un control eficaz. Afortunadamente en aquellos tiempos los adolescentes eran más tranquilos y obedientes, y al poco tiempo ya me sentía como pez en el agua, al grado que el Tec era todo para mí, y los dos años que estuve impartiendo clases han sido de los más maravillosos de mi vida. Pero, como nunca había trabajado en una empresa, me sentía muy mal de estar enseñando teorías que no sabía personalmente cómo funcionaban en la práctica en una organización, por lo que decidí emplearme en Industrias Monterrey, como Asistente de Comunicación, donde no duré mucho, pero sí fue mi primer gran experiencia en el impresionante mundo de la industria regiomontana. Al quedar desempleado envié solicitudes de trabajo a muchas empresas, siendo Bimbo del Norte, en 1984, donde tuve la última entrevista, en la que me ofrecieron el puesto de Desarrollo de Personal, al no entender de lo que se trataba, y no sentir que era capaz de ocupar el cargo, rechacé la oferta, y regresé a Mazatlán a probar suerte. Ese mismo año recibí una llamada del Gerente General de Bimbo del Pacífico quien, por recomendación de quien me había entrevistado en Monterrey, me estaba ofreciendo trabajo, el cual finalmente fue el de Jefe de Desarrollo de Personal, el que había rechazado anteriormente, pero ahora sabiendo que se trataba de capacitar al personal. Ahí laboré poco más de cuatro años, y es lo que forjó en mí la capacidad y el amor por capacitar, mejor escuela no pude haber tenido. Me retiro de esta empresa en 1989 para emprender mi propio negocio. La verdad es muy bonito llegar a cumplir 25 años, porque la satisfacción que se siente es indefinible, única, y excepcional. La emoción que se experimenta es indescriptible, es por ello que los invito a realizar sus sueños, a permanecer en lo que hacen, ya sea como trabajador o como empresario, para que sin cejar, superando obstáculos y haciendo cuanto sacrificio se necesite, lleguen a saber lo que se siente cumplir 25 años haciendo lo que más les gusta y satisface. Mil gracias a todos los que han creído en mí, y me han brindado su confianza. Gracias a todos los clientes y personas que han tomado cursos y consultorías con un servidor. Mi mayor deseo es continuar otros 25 años más, si Dios y la vida me lo permiten, porque para mí lo más importante es que las empresas sean exitosas con trabajadores competentes y con una magnífica calidad de vida, que contribuyan al progreso de la nación, y del mundo que nos rodea. bestclock | swiss replica watches